Honestidad, Responsabilidad, Solidaridad, Respeto, Sinceridad, Lealtad ,Gratitud, Generosidad y Empatía entre otros.
Hoy nos enfocaremos en el Respeto. Hablar de respeto, implica, como en casi todos los valores, hablar de los demás. El respeto implica el establecer límites a que podemos y que no podemos hacer; implica el valorar a otros individuos, aceptarlos y reconocer sus derechos. Se manifiesta no solo hacia leyes o personas, sino a la autoridad, como en el caso de los niños, hacia sus padres y maestros (un respeto cada vez menos mostrado en la actualidad).
El respeto, junto con otros valores, permite a las sociedades convivir en paz y armonía, recordemos la frase célebre pronunciada por Benito Juárez “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Por otro lado, la falta de respeto, lo único que genera es violencia, ya
sea física o verbal. Los niños que no fueron educados en el respeto,
comienzan por molestar a sus compañeros (el tan mencionado bullying en
las escuelas), o el no acatar indicaciones de maestros, e incluso
retarlos abiertamente. He visto niños que molestan e insultan a otros, y
no solo no son corregidos por sus padres, sino que son motivados a
hacerlo. Igualmente retan a sus maestros, y el padre en vez de corregir
al niño, exige a la escuela que despidan al profesor, haciendo creer al
niño que lo que hace está bien. Estos niños pueden crecer sin tener el
menor respeto por sus semejantes ni la autoridad; cuando jóvenes
empiezan por cometer pequeños actos vandálicos, y pueden caer en la
delincuencia, ya que creen que no solo no es necesario mostrar respeto
por leyes y autoridades, sino que creen que está bien el no tener
respeto, ya que eso les da más poder. ¿Cuántas veces no hemos visto
reportajes en la televisión donde la policía persigue a un delincuente
al que, como se dice coloquialmente, “agarraron con las manos en la
masa”, y este delincuente es escondido y protegido por sus familiares, y
sale la madre a decir que su hijo es puro y santo, y que la policía
solo lo agarra cada vez que quieren, sin que haya hecho nada; al parecer
dicho joven nunca supo respetar nada y no se le enseñó que sus actos
tienen consecuencias. Más adelante, si estos jóvenes no caen en la
delincuencia, de adultos siguen comportándose de la misma manera, y en
sus empleos, si llegan a tener personal a su cargo, lo tratan con
desprecio, con insultos y amenazas, y en algunos casos caen en el acoso
sexual.
No soy experto en psicología, pero el patrón es fácil de identificar, y
lo he visto constantemente en el ámbito profesional, jefes que gritan e
insultan, y personal que vive en el miedo de ser agredido verbalmente y
despedido de su trabajo. En las calles de la ciudad es común ver a los
automovilistas que no respetan señales de tránsito, bloquean calles, no
respetan al peatón, y se insultan unos a otros, pero igualmente vemos
peatones que no respetan las leyes de tránsito, cruzan corriendo las
calles poniendo en riesgo su vida, no respetan al automovilista
(recordemos que el respeto es un camino de dos sentidos), y cuando
sucede un accidente, invariablemente culpan al conductor indicando que
venía a exceso de velocidad. En fin, la falta de respeto a otros en
nuestra sociedad es un cáncer que nos está acabando poco a poco.


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